lunes, 1 de julio de 2013

No me ves?

No me ves?
No ves que estoy aquí,
ante ti
proclamando bajo el cielo
que soy solo una mujer.
Una mujer de alma ancha,
de cuerpo cálido, de suave escarcha,
de mar profundo, de tierra brava,
de mirada alta, de mirada aguda,
con sus valles oscuros
y sus cumbres nevadas.
Mujer de fuego en el alba,
cuando en la luz de su vientre
aterriza la mañana.
Soy una mujer extraña,
que se ríe con la risa
y se ríe con las lágrimas,
que se abraza a toda vida
y se abraza a toda muerte
en la misma medida, 
esa medida inexacta
que sostiene la sangre 
en las venas del alma.
Soy una mujer que llora,
llora despacio,
respira hondo,
camina firme,
contempla despacio…
ama lentamente,
¡pedazo a pedazo!
ya no tiene prisa,
ya perdió de vista el
 reloj de sus años,
se perdió mil veces
entre tramo y tramo
y sabe que la vida
no tiene regreso,
no tiene peldaños 
de vuelta hacia abajo.
No pido disculpas
por amarme ahora
después mil naufragios.
No pido disculpas
por amarme ahora
¡por amarme tanto!
me costó una vida
y parte del costado,
me costó una vida
¡y no voy a olvidarlo!
y ahora…
ahora solo quiero
A tu lado
seguir caminando.
Pero si no puedes verme…
si aún no puedes verme
¡es que nunca me has mirado!

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